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El costo oculto del “diseño barato”: un problema que frena la competitividad de las empresas del Litoral

 Por José Manuel Guyot / Grupo Brok Argentina. Diseñador de comunicación visual. Asesor y consultor PyME. >  www.grupobrok.com En gran p...

 Por José Manuel Guyot / Grupo Brok Argentina.

Diseñador de comunicación visual. Asesor y consultor PyME. >  www.grupobrok.com


En gran parte del Litoral argentino persiste un fenómeno que, aunque parezca menor, afecta directamente la competitividad empresarial: el mal diseño gráfico. En un mercado donde la comunicación visual es el primer punto de contacto entre una marca y su público, muchas empresas continúan subestimando el rol del diseño profesional, eligiendo soluciones improvisadas y de bajo costo que generan un impacto negativo en su posicionamiento.

Mientras que en Buenos Aires —e incluso más aún en mercados internacionales— el diseño se considera una inversión estratégica, en muchas compañías del interior todavía predomina una visión reduccionista: basta con alguien “que sepa usar Canva” o que tenga cierta habilidad para “armar algo rápido”. Este criterio, repetido hasta el cansancio, termina entregando la identidad de una empresa —uno de sus activos más valiosos— a manos inexpertas.

La falsa economía: cuando el sobrino del gerente es el diseñador

Es casi parte de la cultura empresarial tradicional: recurrir al familiar que “la tiene clara con la compu” o al empleado multifunción que, además de administrar o vender, también debe “hacer un logo”. Esta práctica, lejos de ser una solución creativa, revela un error estratégico profundo: confundir herramienta con capacidad profesional.

Saber usar una plataforma de diseño online no convierte a nadie en diseñador. El diseño real —el que construye marca, genera coherencia, transmite valores y aumenta ventas— requiere formación, metodología, criterio estético y experiencia. Años de estudio y práctica profesional no pueden equipararse con unos tutoriales de YouTube.

El resultado de esta economía mal entendida es evidente:

* logos que no escalan bien,

* envases que no comunican,

* identidades visuales inconsistentes,

* redes sociales que transmiten improvisación,

* mensajes confusos que debilitan la imagen institucional.

Y mientras tanto, la competencia nacional e internacional sube cada vez más la vara.

Empresas con trayectoria, pero comunicación envejecida

Paradójicamente, este problema se observa con mayor frecuencia en empresas con larga historia. Organizaciones que han construido su prestigio durante décadas pero que no logran adaptarse a los nuevos paradigmas comunicacionales: redes sociales con criterios profesionales, branding estratégico, packaging que seduce, narrativas visuales que conectan con consumidores modernos.

Estas compañías suelen pensar que “si siempre funcionó así, ¿por qué cambiar?”, sin advertir que el mundo ya cambió. Hoy, el valor de la marca es tan importante como el producto. Y una presencia digital descuidada puede erosionar años de trayectoria.

La solución: profesionalizar, actualizar y entender que el diseño es inversión

Si el problema es cultural, la solución también debe serlo.

1- Entender que el diseño es inversión, no gasto. Una buena identidad genera reconocimiento, confianza y ventas. Es parte del núcleo estratégico de cualquier empresa moderna.

2- Contratar diseñadores profesionales. Diseñadores académicos con experiencia no solo “dibujan cosas lindas”: diagnostican, planifican, resuelven problemas de comunicación, construyen sistemas visuales coherentes y perdurables.

3- Actualizar paradigmas internos. Las empresas con trayectoria deben revisar sus conceptos de comunicación. El mundo cambió, el consumidor cambió, la estética cambió. Resistirse es quedar atrás.

4- Formar equipos o tercerizar con estudios especializados. La colaboración constante —no el trabajo esporádico— permite generar marcas consistentes y con impacto.

5- Valorar el conocimiento profesional. El sobrino del gerente puede ser talentoso, sí, pero solo un profesional formado puede garantizar metodología, criterio y resultados.


Un Litoral más competitivo necesita diseño profesional

Si las empresas del Litoral aspiran a competir con Buenos Aires y con el mundo, es imprescindible elevar el estándar comunicacional. No se trata de moda ni de estética superficial: se trata de estrategia, posicionamiento y visión empresarial.

Profesionalizar el diseño es un paso imprescindible para que la región se fortalezca, crezca y deje atrás viejos hábitos que ya no funcionan.


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